Hola a todos!! este es mi blog, espero que os guste, especialmete a aquellos que quieren salvar su matimonio !!!!!

e martë, 19 qershor 2007

EL AMOR EN FAMILIA:

Formar a nuestros hijos en la afectividad es ayudarlos a desarrollar su capacidad de amar. El amor se transmite principalmente en la familia.

LA FAMILIA

“La familia es una íntima comunidad de vida y amor” cuya misión es “custodiar, revelar y comunicar el amor” con cuatro cometidos generales

*Formación de una comunidad de personas
*Servicio a la vida
*Participación en el desarrollo de la sociedad
*Participación en la vida y misión de la iglesiaAprender a Amar

La capacidad de amar es resultado del desarrollo afectivo del ser humano durante los primeros años de su vida. El desarrollo afectivo es un proceso continuo y secuencial, desde la infancia hasta la edad adulta.

La madurez afectiva es un largo proceso por el que el ser humano se prepara para la comunicación íntima y personal con sus semejantes como un Yo único e irrepetible; y que debe desencadenarse al primer contacto del niño con el adulto perpetuándose a lo largo de su existencia.

A pesar de que el hombre fue creado por Dios con una capacidad innata para amar, el crecimiento y la vivencia del amor se realiza a través de la experiencia que el hombre va adquiriendo a lo largo de toda su vida.

En el contexto individual de cada persona, esta experiencia se ubica en su familia.En la familia es donde se hace posible el amor, el amor sin condiciones; los padres que inician la familia con una promesa de amor quieren a sus hijos porque son sus hijos, no en razón de sus cualidades. “La familia es un centro de intimidad y apertura”.

Es en el seno familiar donde cultivamos lo humano del hombre, que es el enseñarlo a pensar, a profundizar, a reflexionar. Es en el ámbito de la familia donde el hombre aprende el cultivo de las virtudes, el respeto que es el guardián del amor, la honradez, la generosidad, la responsabilidad, el amor al trabajo, la gratitud, etc.

La familia nos invita a ser creativos en el cultivo de la inteligencia, la voluntad y el corazón, para poder contribuir y abrirnos a la sociedad preparados e íntegros. El amor de la familia debe trasmitirse a la sociedad.La familia es el primer ambiente vital que encuentra el hombre al venir a este mundo y su experiencia es decisiva para siempre.

La familia, dice Juan Pablo II, es la primera y más importante escuela de amor. “La grandeza y la responsabilidad de la familia están en ser la primera comunidad de vida y amor, el primer ambiente en donde el hombre puede aprender a amar y a sentirse amado, no sólo por otras personas, sino también y ante todo por Dios”.

Todo se relaciona con el misterio del Padre que nos ha creado por amor y para que amemos. Nos ha hecho a su imagen y semejanza, todos somos hijos suyos iguales en dignidad. Para revelarnos su paternidad de amor “nos hace nacer del amor” de un hombre y de una mujer e instituye la familia; ella es el lugar del amor y de la vida, o dicho de una mejor manera: “el lugar donde el amor engendra la vida”.

Amor conyugal, modelo de amor para los hijos.

“La familia es la primera y fundamental escuela de sociabilidad, como comunidad de amor encuentra en el don de sí misma la ley que le rige y le hace crecer. El don de sí que inspira el amor mutuo de los esposos, se pone como modelo y norma del don de sí que debe haber en las relaciones entre hermanos y hermanas y entre las diversas generaciones que conviven en la familia.

La comunión y la participación vivida cotidianamente en la casa, en los momentos de alegría y de dificultad representan la pedagogía más concreta y eficaz para la inserción activa, responsable y fecunda de los hijos en el horizonte más amplio de la sociedad”

Alguien dijo que “se puede procrear fuera de la familia, pero sólo en familia se puede educar”, y educar para amar sólo se puede en el ámbito de la familia: amando.

El ejemplo es el mejor método para educar; hay una frase que dice “Lo que eres habla tan fuerte, que no oigo lo que me dices”.

Qué nos ganamos con decir, o pretender demostrar, amor a nuestros hijos, lo que importa es lo que ellos ven en la forma como tratamos a nuestro cónyuge.

Tenemos que entender claramente que no hay nada que eduque más y mejor a los hijos que el ejemplo de amor que ven en sus padres como pareja. Para realmente poder amar a nuestros hijos tenemos primero que amar a nuestro cónyuge.

El amor, factor de desarrollo de los hijos

El otro aspecto fundamental de la influencia del amor, dentro de la familia lo encontramos en el desarrollo de la persona, más particularmente, de los hijos.Cada familia, aun sin pretenderlo crea un ambiente (de amor o de despego y egoísmo, de rigidez o de ternura, de orden o de anarquía, de trabajo o de pereza, de ostentación o de sencillez, etc.) que influye en todos sus miembros, pero especialmente en los niños y en los más jóvenes.

CONOCER.

Amar es buscar el bien integral del otro.

El que ama y sólo el que ama, conoce bien a la persona amada, porque la conoce no sólo como aparece sino como es por dentro, y más aún conoce “su posible”, aquello que puede y “debe” llegar a ser. Como dice Paul Valéry “lo que es más verdadero de un individuo, lo más de él mismo, es su posible, lo que puede llegar a ser”.

Partiendo del hecho de que el hombre “es un ser en proceso” pensemos que es en la familia donde más va a avanzar dentro de este proceso. Así podremos valorar la trascendencia de nuestro amor a los hijos.

Nuestro amor será responsable de que ellos alcancen la estatura que deben llegar a tener, en todos los aspectos de su persona.El que ama no sólo conoce lo que la persona amada puede llegar a ser, sino que “le ayuda a ello”, le ayuda a que desarrolle todas las potencialidades que tiene y que muchas veces ignora, le ayuda a que sea lo que puede llegar a ser.

CONFIAR

La psicología afirma que el afecto estimula el aprendizaje y desarrolla la inteligencia gracias a la sensación de seguridad y confianza que otorga y que se desarrolla lentamente a través de la infancia, la niñez y la adolescencia.La persona humana que está siempre en proceso de irse haciendo, es un ser con cierta dosis de inseguridad.

El que se siente amado experimenta dentro de sí una fuerza que incrementa su seguridad.Sentir la confianza de las personas queridas es, no sólo de gran ayuda, sino en muchas ocasiones “vital”.Confiar no significa hacerse de la vista gorda, consentir, ceder.

Confiar significa creer en la persona a pesar de que los hechos estén en su contra.Confiar en alguien implica ser paciente, saber esperar.¿Cómo podemos infundir confianza en nuestros hijos?. Ayudándoles a que descubran sus cualidades, limitaciones y defectos.

Ayudándoles a que desarrollen cualidades, animándoles y aplaudiendo sus logros por pequeños que sean, ayudándoles a que descubran a dónde pueden llevarles sus inclinaciones si no las dominan y sobre todo, haciéndoles sentir nuestro cariño.

Para esto necesitamos no sólo paciencia, sino también tiempo.Lo contrario de la confianza es descargar sobre nuestros hijos nuestro coraje e impaciencia, echar en cara sus torpezas, fallas y malas acciones, sin transmitirles la seguridad que tenemos de que pueden cambiar. El decirles “eres malo” en lugar de “lo que hiciste” es una acción mala.

EXIGIR.

Exigir es un ingrediente esencial del amor.Sólo quién en nombre del amor sabe ser exigente consigo mismo puede exigir por amor a los demás; porque el amor es exigente. Lo es en cada situación humana.

El amor, al que San Pablo dedicó un himno en la Carta a los Corintios, es ciertamente exigente “amor paciente, servicial, comprensivo...”.Amar a los hijos no significa evitarles todo sufrimiento. Amar es buscar el bien para el ser amado en última instancia y no la complacencia momentánea. Es posible que algunas veces por amor a un hijo le generemos una frustración momentánea que en realidad lo prepara para un bien más grande.El amor necesita disciplina.

Citamos a Ignace Lepp, en su libro Psicoanálisis del amor nos dice“El amor auténtico es el más eficaz creador y promotor de la existencia. Si tantas personas - bien o mejor dotadas - siguen siendo tan mediocres, se debe a menudo, a que nunca han sido amadas con un amor tierno y exigente”

Trascendencia del amor

El amor auténtico vivido en la familia debe alcanzar a la sociedad, la familia debe salir de sí misma y compartir esta vivencia profunda del amor entre ellos que es un reflejo del amor de Dios Padre.Los Apóstoles comprendieron que el matrimonio y la familia es una verdadera vocación que proviene de Dios, un apostolado, el apostolado de los laicos.

Estos ayudan a la transformación de la tierra y a la renovación del mundo, de la creación y de toda la humanidad.A este respecto el Papa Juan Pablo II en la Carta a las Familias nos dice: “Queridas Familias: vosotras debéis ser también valientes, dispuestas siempre a ser testimonio de la esperanza que tenéis por que ha sido depositada en vuestro corazón por el Buen Pastor mediante el Evangelio.

Debéis estar dispuestas a seguir a Cristo hacia aquellos pastos que dan la vida y que Él mismo ha preparado con el misterio pascual de su muerte y resurrección.”

El amor en la familia tiene dos cometidos fundamentales:

1. Enseñar el amor, aprender a amar. Revelar, custodiar y comunicar el amor, y proyectarlo a la sociedad.

2. Ayudar a cada uno de sus miembros, especialmente a los hijos, a que desarrollen todas sus potencialidades, que lleguen lo más cerca posible, a lo que deben llegar a ser, que alcancen la vocación a la que han sido llamados por su Creador.

Ayudando a su hijo a que no use drogas

El abuso de las sustancias ilegales es un problema que existe entre todos los estudiantes. Las estadísticas indican que los jóvenes hispanos son particularmente vulnerables:

Alcohol: Ésta es la sustancia que más consumen los jóvenes hispanos.

Los hispanos reportan que toman más que otros grupos para cuando entran a octavo grado. Lo más alarmante es que el dato indica que, entre los estudiantes de octavo que fueron cuestionados, los hispanos son los que más consumen las drogas como la marihuana, crack, cocaína, heroína y tranquilizantes.

Datos adicionales relacionados con el uso de las sustancias entre la comunidad hispana, en general indican que hay una necesidad de que los padres se involucren más en apoyar a sus hijos para que no usen drogas.

La cantidad de alumnos que han abandonado los estudios es más alta entre los estudiantes hispanos que cualquier otro grupo étnico.

En algunas comunidades, la mitad de los casos de jóvenes que abandonan sus estudios y consumen esas sustancias está relacionada con la falta de productividad en la escuela.

Los adolescentes y el sexo

De adolescente, Verónica probablemente tuvo más experiencias sexuales en su vida que muchas jóvenes a la edad adulta.

Ella contó que a partir de los 13 años, ya tenía relaciones con un joven de 15 años. Desafortunadamente ella quedó embarazada y se practicó un aborto.

Después de eso terminó con el muchacho y a los 14 años volvió a tener otro novio con el que también quedó embarazada, pero decidieron tener el bebé.

“Mis amigos de la escuela se la pasaban todo el día hablando de sexo y me picó la curiosidad y por andar de curiosa arruine mi vida muy temprano”, dijo Verónica.

Pueda que usted como padre se sienta un poco escandalizado con este tema o por el contrario se puede ver identificado con lo que le pasó a Verónica, pero de algo si hay que estar seguro: que la adolescencia es la etapa más difícil del crecimiento y con ella los problemas de sexo.

Si usted es padre de familia y tiene un hijo adolescente en su casa, de seguro que esto se ha convertido en algo conflictivo para todos en su casa, ya que las diferencias que se presentan entre padres e hijos se hacen más notorias cuando los hijos dejan de ser unos niños y comienzan el largo proceso y tortura de la vida adulta.

¿Es normal que los niños tengan miedo?

No se pueden eliminar todos los miedos, y algunos miedos pueden ser utilizados positivamente, tales como el miedo a los carros en una calle con mucho tráfico.

Sin embargo, necesitamos ayudar a los niños a entender sus sentimientos de miedo. Las investigaciones muestran que los miedos aparecen y desaparecen de manera similar en todos los niños. Cada nueva etapa brinda sus propias características de miedo. Conforme los niños cambian de edad, asi también cambia el miedo.

Los niños pequeños tienen miedo a ruidos fuertes, personas y objetos extraños.

Pero estos miedos tambien permiten que los niños comiencen a entender el ambiente que los rodea y se sientan mas confiados en su habilidad de luchar contra el miedo.

El miedo a la muerte, miedo a la obscuridad, miedo a ser ridiculizado, miedo a ladrones y monstruos son típicos en niños de 3 a 6 años.

¿Cómo puedo ayudar a mi niño(a) a luchar contra el miedo?

No se ria de los temores que sus niños expresan.

Ridiculizar o burlarse del miedo no disminuye el temor que ellos sienten y únicamente disminuye la confianza en su niño(a).

Frases tales como: "No seas marica, niños grandes como tú no deben tener miedo a la obscuridad" solamente contribuyen a que los niños se sientan avergonzados y esto los desanima a compartir sus sentimientos y experiencias. No ignore el miedo de los niños.

Diciéndole a su niño(a) que una inyección no le dolerá, hará sentir a su niño(a) que él/ella sólo debe luchar con su miedo sin ayuda. Déle a su niño(a) la seguridad que él/ella necesita.

Su niño(a) quizá le cuente la misma historia más de una vez y quizá usted tenga que explicar la misma situación una y otra vez.

Todo esto ayuda a su niño(a) a sentirse menos asustado. No force a sus niños a pasar situaciones que ellos temen. Tratar de superar un miedo grande enfrentando la situación de una vez por todas, raramente funciona.

En lugar de ayudar, algunas veces esto intensifica el miedo. Déle a su niño(a) la oportunidad de acostumbrarse poco a poco a la situación que él/ella teme. ¿Le teme él/ella a perros grandes? Deje que él/ella se familiarice con un perro pequeño o con un perro pacífico.

No le mienta a sus niños acerca de sus temores.

Mentirle a su niño(a) sobre una situación de miedo producirá más temor. Si usted está preparado para enfrentar la situación con la verdad y con honestidad, ayudará a su niño(a) a superar el miedo.

Por ejemplo, antes de que su niño(a) vaya al hospital para una operación, llévelo de visita al hospital, lea libros sobre hospitales o hable con otros niños que hayan estado en el hospital. No transmita sus temores personales hacia sus niños.

Si usted le tiene miedo a las arañas, los niños pueden sentirlo. La forma en que usted enfrenta sus propios miedos le da a su niño(a) el patrón a seguir para enfrentar situaciones similares. Acepte los miedos de sus niños como reales.

Diga por ejemplo: "La obscuridad algunas veces da miedo, --"¿Necesitas una linterna?" Estas frases le permiten a su niño(a) expresar sus miedos sin sentirse avergonzado.

Deje que los niños vean a otras personas actuar con confianza en aquellas situaciones que ellos temen. Viendo a otro niño(a) tocar una lagartija puede ayudar a que su niño(a) pierda el miedo a los reptiles.

Construyendo un proyecto de vida en familia

La vida familiar se construye inicialmente por la unión de dos concepciones, creencias, expectativas, hábitos y modelos educativos; los de papá y mamá, que sabiamente y muchas sin hablar, construyen una sola y propia que origina un sistema único que regula casi todos los comportamientos presentes y futuros de los cónyuges y de los hijos, en cuanto a reglas, normas, expectativas y otras.
No se les enseña a ser padres, cada quien aprende sobre la marcha, algunos repiten modelos de sus propios padres, otros, consciente y deliberadamente rompen patrones y conductas de sus familias de origen, y unos más, aprenden a base de ensayo y error.

Todos, en algún momento habrán cometido errores sin afán de lastimar o dañar, es doloroso reconocerlo y aceptarlo, pero es el primer paso para generar cambios. Nunca es tarde emprender cambios y planificar conjuntamente un futuro para la vida familiar.

En capítulos anteriores, se ha señalado que la familia tiene un pasado, un presente y un futuro, que se va haciendo evidente por el crecimiento y desarrollo de los hijos. Una de las etapas más difíciles para toda la familia, es precisamente la adolescencia, por la cantidad de cambios que se deben de gestar al interior de la familia, parece que el adolescente desestabiliza todo, incluyendo a la familia.

Sin embargo, todo este proceso de aparente anormalidad es un proceso sano que llevará a la familia a encontrar formas de relación más maduras.

Proyecto educativo

Ahora que ha concluido su proceso de formación en un programa de Escuela para Padres, pensamos que podría explotar los recursos y habilidades que usted, y toda su familia tienen, en el rediseño de un proyecto educativo de responsabilidad creciente para sus hijos. En el cuadro I nos permitimos sugerir algunas de las áreas que más problemas dan y que es oportuno promover según la edad de los hijos.

Así mismo se ha considerado que existen otras áreas importantes en las que debemos reflexionar para un nuevo proyecto de vida familiar; el diseño de la familia, el rescate de la persona, el frente unido y el castigo con dignidad. Esperamos que estas reflexiones le apoyen en la labor tan importante de ser padres y guías de sus hijos.

La familia es ambiente más íntimo donde se forma una persona

La familia es el contexto más íntimo en el que se desarrolla una persona, puede ser el sitio donde se encuentre amor, comprensión y apoyo, aún cuando falle todo lo demás, es el lugar donde la persona puede recuperar energías para enfrentar con mayor eficacia al mundo exterior. Este «puede ser» depende del tipo de familia a la que se pertenezca.

La familia es la unidad integral de la sociedad, es una de las pocas unidades cuyas situaciones geográficas y numéricas son lo bastante pequeñas para que todos puedan sentarse en la misma habitación y se expresen lo que sienten y piensan.

Lo que ocurre entre los diferentes miembros es el principal determinante del ambiente que los rodea. La familia es el sitio donde se origina lo que la gente sabe, lo que cree y la manera como resuelve sus diferencias. La familia nutricia es en la que se vive con naturalidad, sinceridad y amor, en donde sus miembros muestran sus afectos y su respeto. La familia conflictiva es la que manifiesta ser fría, opresiva y exageradamente celosa.

La gran diferencia entre los dos tipos de familia es que, por ejemplo en la conflictiva, ante un accidente sin importancia, se manifiesta una agresión y se administran castigos inmediatos, y en la familia nutricia, se aprovecha la ocasión como oportunidad de aprendizaje, lo que eleva la autoestima de los miembros.

Un rediseño de la familia

Cuando se inicia una familia, no se recibe una preparación para la paternidad, muchas veces se piensa que ojalá alguien les hubiera orientado o hubieran tenido un curso, sin embargo, algunos teóricos han señalado que no es tan favorable «preparar» ampliamente a las personas, porque de alguna manera el enfrentar tantas contingencias sin preparación va formando de manera natural y sin tantas teorizaciones a una familia.

Si bien es cierto, es recomendable que como padres se desarrolle cierta apertura para aceptar cosas nuevas, un sentido del humor, una conciencia de sí mismos y la libertad para ser sinceros, y esto usted, se los puede enseñar a sus hijos en la vida cotidiana.

La información que queda incluida en el diseño familiar, procede de las experiencias obtenidas en la familia de origen. Todas las personas que les dieron influencia les suministraron la experiencia que utilizan en la práctica de la paternidad.

Si no han sido resueltos o satisfechos algunos residuos del pasado, a menudo se convierten en parte integral de la actitud paterna. Sin darse cuenta es muy fácil trazar planes para que sus hijos sean lo que ustedes no pudieron ser o hacer, más no lo que ellos quieren.

Generalmente el primer hijo es un ensayo y recibe un tratamiento distinto a de los hijos siguientes. A través del primogénito se descubre lo que significa la paternidad, en muchos sentidos, el primogénito crea el contexto para los hijos que seguirán. La educación que se recibe en la familia le imprime a sus miembros un sentido de identidad y se encuentra influido por un sentido de pertenencia, de ser miembro de determinada familia.

Conforme avanza el desarrollo de la familia y de sus miembros, es necesario ir modificando las reglas y normas que gobiernan, una familia debe ser flexible a los cambios, ya que la rigidez propicia que en la adolescencia, los miembros se revelen y asuman conductas que signen un riesgo para las dos generaciones. Como padres, ¿son conscientes de lo que están enseñando y modelando?, ¿son congruentes con lo que dicen y hacen?.

No es raro escuchar en algunos grupos de padres que ya es tarde para hacer cambios, pero, ya hemos dicho que la familia es una unidad dinámica que cambia en el tiempo y espacio y que deja huellas importantes en la personalidad del individuo que más tarde puede reproducir en su propia familia.

La mejor herencia que les pueden dejar a sus hijos son pautas familiares abiertas y flexibles al cambio, un clima familiar emotivo donde puedan expresar y manifestar sentimientos negativos, de dolor y no sólo sentimientos de bienestar.

La apertura al cambio significa acepar errores y estar en condiciones de rediseñar en conjunto su familia.

Antes que padres y esposos; personas.

Muchas veces en el rol de esposos y luego en el de padres, se pierde la dimensión de persona con necesidades, se olvida con facilidad de uno mismo y pareciera que la identidad de la persona se obscurece.

Es importante que cada uno se redescubra como persona que es, independientemente de los numerosos roles que se juegan como padre/madre, esposo/esposa, compañero/compañera, amante, hijo/hija, trabajador/ama de casa, profesionista etc..

Hay que tener claro que un padre o un cónyuge no podrá generar cambios en el interior de su familia sino emerge la persona, dedíquese un tiempo para sí mismo haciendo lo que más le agrade, negocie con su familia cambios que apoyen sus actividades propias, a sus hijos les gustará ver a la persona y no sólo al progenitor.

El frente unido, como una meta a cumplir en el proyecto de vida familiar

En casi todos los capítulos y aún en este, se ha manejado la idea de que el adolescente necesita desprenderse de las ligas familiares y vivirse como una persona gradualmente independiente. Pero para desprenderse de una autoridad, necesita tenerla.

El ejercicio de la autoridad implica que papá y mamá estén de acuerdo en casi todos los detalles que concierne a la educación de los hijos. Necesitan sentarse y platicar cómo han de hacerle, qué si se vale y qué no se vale, qué permisos darán y cómo los darán, lo más importante es, llegar a un acuerdo, negociar entre sí, para evitar disfunciones que el adolescente pudiera aprovechar al máximo para lograr lo que quiere.

No subestime a sus hijos, son muy sensibles y se dan cuenta cómo conseguir lo que se proponen. El frente unido implica que papá y mamá lleguen a un acuerdo con respecto a los hijos, que dialoguen, negocien y hasta peleen, pero, que lo que diga uno, lo respalde el otro.

La investigación revela que la adolescencia es una etapa en la que tienden a formarse triángulos perversos, que es la alianza secreta de dos personas de diferentes generaciones en contra de otra, en la que generalmente, mamá y adolescente hacen una especie de pacto secreto para permitir conductas, salidas, omitir actos etc.. sin que papá se entere o al revés, sin que mamá se entere.

Este tipo de disfunciones en la estructura familiar genera un círculo vicioso en el que se pueden agregar otras conductas disfuncionales. Para prevenirlas, es necesario que papá y mamá formen un frente unido que le permita al adolescente desprenderse sin problemas de la autoridad paterna y no se atrape en un conflicto de lealtades o en una pelea marital.

Disciplina con dignidad

El castigo de los hijos es una conducta casi universal que los padres ejercen para modificar la conducta de los hijos y que aparece a edades muy tempranas, a veces, a los recién nacidos se les quita el alimento y se les deja sucios en la noche para que «aprendan». Alrededor del tercer año aparecen las primeras prohibiciones y los primeros castigos, porque el niño comienza a ser impertinente, y a veces, los padres castigan conductas que no debieran castigarse. A continuación comentaremos algunas estrategias para modificar conductas que no dañen a la persona, pero recuerde que lo que se debe castigar es la conducta no la persona.

* Es oportuno señalar que todo castigo daña la integridad de la persona, por lo que es recomendable utilizar métodos positivos, de reconocimiento y motivación.

* Si la persona que castiga lo disfruta, la persona castigada puede aprender a evitar la conducta castigada sólo en presencia del castigador y constituirá un marco equivocado del poder.

* El castigo es contraproducente si se utiliza para desfogar cólera y puede producir respuesta más indeseadas que la que trata de suprimirse.

* El uso excesivo y desconsiderado puede también producir timidez ante figuras de autoridad.

* Hay que tener claro que la conducta que queremos suprimir debe hacerse en la primera vez que aparece y en el momento en que aparece, no amenace o reserve el castigo hasta que llegue su cónyuge.

* Deben evitarse asociaciones con rasgos de personalidad; «eres un ...». Se debe señalar que la conducta manifestada no es la más adecuada dándo una explicación.

* El castigo no debe ser prolongado, entre más corto es, menos daño produce y es más efectivo.

* Debe hacerse explícita y clara la conducta que es castigada y por qué, además deben ofrecérse las conductas alternativas que no serán castigadas.

A manera de conclusión

La paternidad es una misión compleja y difícil que tiene un gran impacto en la vida del ser humano y es una responsabilidad compartida con otras instituciones sociales, culturales y recreativas, que se debe de afrontar consciente y de ninguna manera arbitrariamente.

En las diferentes etapas del desarrollo de la familia, existen cambios que ponen a prueba su solidez.

En la adolescencia, la familia debe estar abierta y debe ser flexible a los cambios, siempre con sus fronteras y sus límites muy claros. Recuerde que nunca es tarde para gestar cambios que procuren el bienestar psicológico y físico de sus miembros.

Reconocer errores ante los hijos y cónyuges le harán ganar una verdadera autoridad y sus hijos recordarán a un padre o madre como personas sabias que supieron superar sus errores e intensificar sus aciertos. Un nuevo proyecto de vida familiar implica estar más conscientes de su responsabilidad, estar abiertos al cambio, al diálogo y a la negociación con sus hijos y cónyuge.

Los efectos de la ausencia del padre en la familia

Una información publicada hace poco en un diario nacional indicaba que el 10 por ciento de las mujeres que se someten a fecundación “in vitro” en España son solteras y no piensan tener marido. En algunos centros tal porcentaje se dispara, como el USP Instituto Dexeus de Barcelona, en que mujeres sin pareja recibieron el 44,9 por ciento de las 218 inseminaciones practicadas el año pasado. Quienes recurren a estas técnicas son mujeres con autonomía económica y en su mayoría de edades superiores a los 35 años. Por ser un fenómeno reciente, no ha habido aún tiempo de calibrar los efectos sociales a medio plazo que podrá tener lo que con el paso de los años será un elevadísimo número de “niños sin padre” surgidos a través de esta forma de fecundación asistida.

Pero lo que sí se sabe son algunos de los efectos de la ausencia paterna sobre los hijos de familias desestructuradas o monoparentales. Un comentario frecuente ante las acciones de jóvenes delincuentes o violentos o de las actitudes de niños ausentes, desarraigados o víctimas del fracaso escolar crónico, es que “son de familias desestructuradas”.

Hablar de familia “monoparental” o “desestructurada” suelen ser eufemismos para indicar situaciones anómalas que en la mayoría de los casos pivotan precisamente de una forma u otra sobre la ausencia del padre en la familia.

En Estados Unidos más del 40 por ciento de los niños están creciendo sin saber lo que significa tener un padre. Alarmado por las consecuencias de tal situación, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de aquel país afirma que “el padre constituye un factor significativo en la vida de sus hijos” y que “no hay ningún sustituto para el amor, la participación y el compromiso de un padre responsable”. Investigadores de la Universidad de Maryland, por su lado, llegaron a la conclusión de que los niños que cuentan con la figura paterna tienen mayor capacidad de aprendizaje, mayor autoestima y no presentan tantos rasgos de depresión como los niños que carecen de ella. Las cifras crecientes de mujeres que buscan tener hijos en base al principio de “hijos sí, marido no”, junto al aumento de las rupturas familiares, puede tener una influencia decisiva en la sociedad del futuro.

Desmesurados y superficiales eslógans feministas han llegado a impregnar de tal modo algunos sectores de la sociedad que el hombre es visto como el culpable de todos los males de la mujer y de la familia. Para algunos la figura del padre se empieza a ver como algo superfluo y hasta la masculinidad como negativa. Algunas creen que el niño no necesita al padre.

Pero si ya es un problema grave no tener un padre como referente de lo que es el hombre, de la misma forma que la figura de la madre aporta la feminidad, mucho peor aún es entender que el padre no hace falta. No es cuestión de moralismos sino de ver la estructura antropológica de la persona humana. Incluso Margaret Meat, la antropóloga americana tan citada por las feministas, admite que el aprendizaje de la paternidad es una de las muestras de civilización del hombre porque no suele darse en los animales.

El padre enseñará al niño a “ser padre”. El niño que no sabe “ser padre” no sabrá cuidar y proteger, y presumiblemente será más violento, más antisocial, aunque haya vivido sólo con mujeres.

La familia, esperanza de la sociedad.

Carlos Díaz, profesor de filosofía de la Universidad Complutense, pronunció en la tarde del sábado la tercera conferencia marco del Congreso «Familia, esperanza de la sociedad» que concluyó este domingo en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid, a instancias de la Conferencia Episcopal Española y el Arzobispado de Madrid, sobre «Cultura familiar para la construcción de la sociedad». Según Díaz, profesor titular de filosofía den la Universidad Complutense de Madrid, «el carácter social de los seres humanos ha motivado a lo largo de la historia su agrupación en diferentes colectivos, en una evolución que parte de la horda, pasa por la tribu y el clan y llega a la familia».

Pero ésta «se encuentra hoy sometida a la misma tensión de transformación y cambio, en un proceso que en la actualidad sufre la influencia de varias crisis de adelgazamiento de una institución amenazada de anorexia. Así nos encontramos una familia insuficiente», cuyas raíces son: la «reducción de la estabilidad» de los vínculos de la pareja; la «disminución del número de componentes» del núcleo familiar --con su influencia en la sicología de unos hijos a menudo únicos e hiperprotegidos-- y la pérdida de relación con otros parientes en el entorno de las grandes ciudades; la «reducción de los espacios domésticos» por la carestía de la vivienda y la progresiva ausencia de los abuelos que deben ser enviados a residencias por no existir espacios donde ser atendidos; la «reducción en los tiempos» de relación por el trabajo de los cónyuges y su influencia en unos niños hechos a la soledad, la influencia de un relativismo moral que determina que los órdenes de valores y las normas familiares las acabe dictando una omnipresente televisión, es decir, la «reducción de la normatividad axiológica».

La familia tradicional aparece así resquebrajada, «siendo en la actualidad una institución frágil e inestable, que ve aumentar la flexibilidad y el relativismo de sus vínculos. Pese a ello, esta nueva familia posmodernizada, con todos sus nuevos modelos derivados de un pluralismo de cohabitaciones -substitutos del matrimonio y origen de todo tipo de quiebras y estragos- sigue siendo el espacio primordial de adaptación, afecto y confianza, el último reducto de calor en un mundo cada vez más frío». Es por esto que el problema no es educar para la familia, sino a la familia.

Este es el gran reto: «una nueva familia cristianizada, en la que el Evangelio auténticamente vivido propicie una cultura en la que la verdadera familia se construye». Esta cultura evangélica asume la cruz salvífica de Cristo, y por ello «cuando matrimonio y familia se viven cristianamente hacen presente a Cristo en la cruz como experiencia de muerte a lo que separa, y de resurrección en lo que une para siempre a través del perdón». Esto hace de la familia cristiana sacramento de salvación; realidad convertida en sagrada, proyecto sacralizado que necesita de la cruz resucitada del Señor para que el amor familiar no muera nunca.

Pero la familia es también, frente al acostumbramiento y el abatimiento, sacramento de esperanza, lugar donde cada uno escucha : espero en ti. Sacramento de unidad y de misión, donde todos son uno y desde donde acudir en ayuda a los demás. Es sacramento de amor desinteresado y de alegría que nace de este amor, porque amar es alegrarse de la felicidad de los otros. Sacramento de personalización, porque el amor dignifica y construye. Sacramento de presencia, porque incluso para aquellos que ya han muerto es el lugar donde encontrar su huella y el fruto de su vida.

Desde esta cultura sacramental la familia adquiere la relevancia que merece, y sirve a una sicología y a una pedagogía cotidianas desde la que postular actitudes concretas como el amor y la confianza, el respeto, la fidelidad, el diálogo, la motivación y la crítica, la aceptación del otro y el dominio de uno mismo, la reconciliación, la ayuda y el servicio, el testimonio de la fe.

Para esta realización de la familia según su sentido sacramental, se refirió Carlos Díaz a otro sacramento, el del bautismo, que nos configura con Cristo sacerdote, profeta y rey: «somos sacerdotes, profetas y reyes. Somos sacer-dos: don sagrado. Somos profetas: decimos lo que Dios pone en nuestros labios, si estamos enraizados en la roca. Por ser profetas, somos misioneros.

Tenemos que hablar de Cristo todos los días. Y reyes: de un Reino que no es de este mundo, pero que se inicia en este mundo. Frente al dios-dinero del dólar, y frente al dios que sólo puede ser pronunciado en árabe --en ambos cultos se predica la ley del talión--, nosotros profesamos al Dios universal, que perdona y ama».

Esta triple condición de los bautizados favorecen las tres funciones principales de la familia: la «nutritiva», que no es sólo alimentar, sino sobre todo dar afecto; la «instructiva», que requiere preparación y dedicación, para no derivar la función educativa de los padres en las instituciones escolares; y la de la «autoritas», que literalmente es «hacer crecer» a los hijos, la de dignificarles.

¿Cómo se pueden solucionar los conflictos familiares?.

Todas las familias tiene mecanismos para enfrentar y solucionar los problemas. Pero hay casos en los que la magnitud de éstos sobrepasa las fuerzas de la familia, que entonces requiere de ayuda externa que puede darse en forma de orientación o terapia familiar. ¿Que es la violencia familiar?Es un problema que cada vez se presenta con mayor frecuencia y que afecta a niños, mujeres, ancianos así como a personas dentro de la familia que debido a su condición física o mental están en situación de vulnerabilidad.

Se define como "Aquél acto de poder u omisión recurrente, intencional y cíclico, dirigido a dominar, someter, controlar o agredir física, verbal, psicoemocional o sexualmente a cualquier miembro de la familia dentro y fuera del domicilio familiar que tenga alguna relación de parentesco por consanguinidad, tengan o lo hayan tenido por afinidad, civil, matrimonio, concubinato o mantengan en relación de hecho y que tiene por efecto causar daño". (Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia Intrafamiliar.

México, l996). En la Convención de los Derechos del Niño, art.19, se obligan los Estados a "Proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos, explotación, incluso el abuso sexual mientras el niño se encuentre bajo custodia de sus padres, de un representante legal o de cualquier persona que lo tenga a su cargo.

¿Actualmente hay mas violencia familiar que antes? La violencia familiar es un fenómeno que se estudia a nivel mundial tratando de entender sus causas y de contribuir a desenmascararlo, ya que tradicionalmente era un problema" invisible" porque quienes lo sufrían lo escondían o lo negaban y cuando por alguna circunstancia salía a la luz, los mismos profesionales, inclusive, ignoraban técnicas especificas para su comprensión y manejo. Pero en realidad es un problema tan antiguo como la familia misma.

¿Quién se dedica a atender la violencia familiar?Actualmente muchas instituciones oficiales y organizaciones no gubernamentales se dedican a su estudio e intervención y a medida que se conoce mas sobre su dinámica se pone de manifiesto tanto la magnitud del problema como el fuerte impacto que tiene a nivel familiar y social.

Cómo crear una relación óptima con un hijo adolescente

La independencia es un objetivo que los adolescentes persiguen durante un periodo en el cual se viven decisiones importantes y conflictos de convivencia con quienes aparecen como las autoridades, que pueden hacerla peligrar con sus limites y reglas “absurdas”. En este periodo, los jóvenes buscan sobre todo su propia identidad y el lugar que necesitan para mostrar al mundo sus propias sensaciones y cualidades que les otorguen el respeto tan codiciado. Todo comienza en el ámbito de su grupo de amigos y sigue en el hogar.

Esta transición puede ser superada fácilmente, o por el contrario, estar llena de dificultades y conflictos que incluso lleguen a afectar a los padres creando un clima depresivo familiar y empeorando la situación.

Lo mejor para estos casos es aplicar la palabra “comprensión” literalmente y tratar de no guiarse por el orgullo absurdo, para no generar mayor tensión en la relación con los hijos. Proveer un ambiente seguro y amoroso en el hogar y crear una atmósfera de honradez, confianza y respeto mutuo es la mejor manera de ayudar a superar este momento de transición.

Es necesario, además, hacer una consideración del grado de independencia que el adolescente pueda manejar, según su grado de madurez y el comportamiento demostrado en las acciones importantes. Por otro lado, es imprescindible mostrarse como una fuente confiable, que el joven este seguro de poder contar con usted al momento de tener que compartir algo con alguien. Mostrarse enojado y excesivamente firme puede causar el efecto contrario y el consiguiente alejamiento.

Demostrar con hechos la forma de manejarse ante las situaciones, no intentar deliberadamente mostrarse como un ejemplo a seguir, sino como alguien que está firme en sus convicciones y que está dispuesta a aceptar cambios.

Ser cuidadoso con los objetos personales, para generar responsabilidades. La ayuda en la casa es una exigencia que puede ayudar a la maduración. Otorgar la libertad necesaria pero enseñando que para todo existen límites de conciencia. El proceso de transición, siempre se supera con mayor facilidad cuando los padres y los hijos han aprendido a trabajar juntos, demostrando que no sólo el trabajo en conjunto es importante sino que también, el pedir ayuda en los momentos necesarios, no es un síntoma de debilidad sino de valentía y madurez.

Para generar este clima, se debe estar dispuesto a hablar de cualquier tema que sea necesario, no importa lo íntimo o complicado que sea, pero tampoco se debe presionar al adolescente a charlarlo si es que no está dispuesto.

Lo ideal es que esto fluya naturalmente, que el joven sienta que hacerlo es bueno y que le pueda generar la ayuda que necesita. Las comidas, el momento de mirar un partido de fútbol o algún viaje compartido, son los mejores momentos para hablar con los hijos.

Siempre es necesario dedicarle un tiempo especial a estas conversaciones y ofrecerse y estar dispuesto en cualquier momento del día o de la noche. Esto creará una base de confianza que muy difícilmente se rompa y que ayudará a la felicidad familiar y no sólo a la superación de esta etapa de transición, sino también a la relación con su hijo para toda la vida.

El adolescente no se siente escuchado

¿Pero Ferrari se pone seria y no titubea “creo que una cosa es que el chico salga vestido dark y otra que su grupo de pertenencia tenga conductas peligrosas como la drogadicción o la violencia. Eso es otro cantar: en esos casos, seguramente el chico está intentado demandar otra cosa que tiene que ver con que el padre se haga cargo de los límites. Una cosa es respetar la individualidad del adolescente y otra es dejarlo hacer cualquier cosa en aras de que está buscando su lugar en el mundo. Eso es responsabilidad de los padres, y se deben hacer cargo de la demanda”.

Resulta esencial destacar que en cuestiones familiares no se puede generalizar, ni agotar un tema hasta sus últimos detalles sino analizar caso por caso. En este sentido, el “no me escuchan” puede deberse, también, a una imposibilidad –de parte de los padres- de aceptar que sus nenes crecen y se diferencian de sus proyecciones. “Puede relacionarse con que no aceptan que el otro no es más ese chico, un poco más grande, a quien le tienen que elegir los amigos, la música y la ropa.

En ese punto creo que hay una cuestión de que no me escuchan es no me aceptan”, indica la licenciada y advierte “pero hay que tener presente que cuando no se permite la crisis de la adolescencia al sujeto, se le compromete su posibilidad de maduración”.

Entonces explica que a los padres les cuesta separarse de los hijos porque el crecimiento de éstos los reenvía a la fantasía de la vejez. El no escuchar es no hacerse cargo de que esta persona no es ese chiquito que necesita de su cuidado. El quid de la cuestión está en comprender que el vínculo no desaparece, sino que se transforma. ¿Cómo se destraban los nudos familiares?

“En las situaciones cotidianas de familias más o menos normales con relaciones fluidas, se va saldando con el paso del tiempo. Hay peleas y reconciliaciones, acomodamiento constantes”, dice Ferrari. “En cambio, en las más complejas, el no me escucha se puede transformar en “acting” en el que el chico hace cosas terribles para ser escuchado y se accidenta con la moto o se lastima por peleas. La cuestión se torna patológica y precisa una intervención profesional”.

En definitiva, tras los enfrentamientos naturales, el adolescente va creciendo y los padres aceptando los cambios. Lentamente, el diálogo florece. Los conflictos decantan y al finalizar el secundario, las distancias trazadas conforman otra relación entre padres e hijos, en el la que cada uno puede conversar desde otra posición.

¿Estàs preparardo para casarte?

El cuestionario que aparece a continuación será útil si estás pensando en casarte y deseas saber si estás preparado. Cuanto mayor sea el número de puntos que puedas anotar en tu favor, más probabilidades de éxito tendrá tu futuro matrimonio; y cuantos menos sean los puntos que logres sumar, más posibilidades hay de que surjan conflictos. Si el número de puntos sumados fuera muy pequeño, será bueno recurrir a alguien con experiencia y capacidad como consejero matrimonial para obtener ayuda profesional antes de seguir adelante con los planes de casamiento. ¡Ponte a prueba con el test!

1. ¿Cuál es la diferencia de edad entre tú y tu novio/a? Si esa diferencia es menor de cinco años, anótate un punto; pero si es mayor de cinco años... lo siento mucho: te quedas sin sumar un punto. Cuanto mayor sea la diferencia de edades, mayores serán las posibilidades de que haya divergencia entre los puntos de vista de los cónyuges.

2. ¿Cuál es tu edad? Si tienes 23 años o más, anótate un punto; pero si tienes menos de 23 años, no recibes punto alguno. Muchas personas experimentan sus mayores cambios de personalidad poco antes de los 23 años. Si te casas antes de esa edad, tu cónyuge deberá prepararse para vivir con una persona muy diferente de aquélla con la que se casó.

3. Si te sientes feliz con tu trabajo, acredítate un punto; pero si trabajas en algo que no te hace sentir feliz, no hay ningún punto que anotar.

Las ocupaciones estables y que agradan a quienes se desempeñan en ellas dan estabilidad a los matrimonios.

4. Si has vivido lejos de tu hogar durante más de un año, súmate un punto.

Si no pasaste por esa experiencia... lo lamento, pero no puedes agregarte ese punto. Las personas que viven durante un tiempo más o menos prolongado lejos del hogar tienen un mayor sentido de identidad y de responsabilidad.

5. ¿Le agrada a tu familia tu futuro esposo o esposa? En caso de ser así, magnifico! Acredítate un punto; pero en caso contrario... te quedas sin el punto. Si tu futuro cónyuge no es del agrado de los tuyos, las reuniones familiares resultarán bastante desagradables.

6. Si tu posible cónyuge tiene buena apariencia, tienes un punto más a tu favor. Pero si esto no fuera así, pierdes la oportunidad de obtener otro punto. Acuérdate de esto: tendrás que mirar a tu cónyuge por el resto de tu vida!

7. ¿Te sientes satisfecho con la cantidad y la calidad de amor que recibes de tu posible esposa/o? Si así fuera, agrega un punto a tu lista; de lo contrario, te quedas sin sumar el punto. El afecto es uno de los secretos de un matrimonio feliz.

8. Cuando surgen dis-crepancias entre tú y tu novio/a, ¿las resuelven de manera satisfactoria para ambas partes? Si es así, ganas un punto; pero si tú, tu probable compañero/a, o ambos tratan siempre de hacer primar su gusto o voluntad sin importarles lo que piensa el otro, no hay punto alguno para ti. Los acuerdos mutuamente satisfactorios fortalecen la estima propia de ambas personas.

9. Si crees que tu matrimonio tiene buenas perspectivas de éxito, tienes un punto; pero si juzgas que no es así, no tienes punto alguno. Si imaginas que tu matrimonio no marchará bien, es muy probable que así sea.

10. ¿Te gustaría tener hijos como fruto de tu matrimonio? Si lo deseas, anótate un punto; pero si no es así... lo siento mucho tienes el punto. Uno de los propósitos básicos del matrimonio es la procreación.

11. ¿Conoces a tu futuro cónyuge hace más de un año? Si es así, tienes un punto más; pero si no, te quedas sin el punto. Hay aspectos de la personalidad que no se manifiestan en un plazo corto. Si esas características aparecen repentinamente, después que se ha contraído matrimonio, pueden ser una gran sorpresa!

12. ¿Cómo está tu salud? Si tienes buena salud, añade un punto a tu lista; de lo contrario, es mejor que no anotes punto alguno. Las personas saludables tienen mucha más energía para enfrentar los problemas que aquellos que no son sanos.

13. ¿Amas de verdad a tu posible cónyuge? En caso positivo, anota otro punto a tu favor; pero si tienes dudas... quédate sin ese punto. No es absolutamente indispensable estar profundamente enamorado para tener éxito en el matrimonio, pero estarlo ayuda mucho.

14. ¿Es tu posible cónyuge de la misma raza y nacionalidad que tú? Si es así, tienes un punto. Pero si no es así, te quedas sin ese punto. Las diferencias étnicas y culturales contribuyen para que existan más conflictos. Tales diferencias pueden ser superadas con éxito; pero tendrás que ser muy consciente de las posibles dificultades.

15. Si te abstienes cada día de ingerir bebidas alcohólicas, tienes un punto; pero si consumes alcohol regularmente... pierdes tu punto. El alcohol es una fuente potencial de serios conflictos.

16. Si perteneces a una organización religiosa, anótate un punto; pero si la religión no forma parte de tu vida... lo siento, no tienes ese punto. La religión proporciona una profunda reserva de energía al matrimonio.

17. Si tu posible cónyuge pertenece a la misma organización religiosa que tú, acreditate un punto; pero si tal no es el caso, pierdes ese punto. las diferencias en las creencias y expectativas religiosas constituyen una fuente primaria de conflictos en el matrimonio!

18. Si no estuviste casado antes, anótate un punto más; pero si ya estuviste casado/a... lo siento mucho, no obtienes tu punto. Una experiencia matrimonial anterior puede proyectar actitudes negativas sobre el futuro matrimonio.

19. Si tus padres nunca se separaron, anota un punto a tu favor; pero si lo hicieron, pierdes el punto. Los hijos de padres divorciados tienen que luchar con mayor energía para salvaguardar sus hogares del fracaso.

20. Si nunca estuviste comprometido, acredítate un punto; pero si ya lo es-tuviste y los planes que hiciste fueron cancelados lo siento: pierdes un punto. Las personas que tienen la costumbre de comprometerse y no cumplir tienden a casarse para luego descasarse.

e diel, 17 qershor 2007

La paz empieza en el hogar

Aunque ninguno de sus hijos "pinte" para delincuente, es necesario tener presente que la violencia poco a poco entra en los hogares. Por ejemplo, ¿sabía usted qué el 25 por ciento de las jovencitas en los Estados Unidos son golpeadas por sus novios y lo qué es peor, la mayoría de ellas cree que esto es normal?
Al escuchar noticias lamentables como éstas y pensar en todo lo que acontece en el mundo, no puede uno dejar de preguntarse... ¿Quién puede ser capaz de semejante barbaridad ... en qué corazón humano cabe tanta frialdad... quién puede ser capaz de tanta violencia?
Desafortunadamente, ésta es una realidad que es vivida en todas partes, que afecta a todos, y de muchas maneras. Es verdad que la violencia siempre ha existido, pero lo más peligroso ahora, es que se empieza a tolerarla, a aceptar como inevitable: sin ir muy lejos, sería inusual encontrar una película donde las balas, el sexo deliberado y la cruda violencia no hiciesen su aparición; o algún semanario o periódico donde sea una noticia "policiaca" la que cubre la primera plana.
Sin embargo, el hombre no está hecho para la guerra, está hecho para la paz. Y esto se puede asegurar porque la historia nos demuestra que el hombre que vive en la violencia se autodestruye. Lo difícil y complicado del tema es que la paz no se da instantáneamente ni por mandato, no se obtiene sin esfuerzo, ni se compra o pide prestada: la paz tiene que nacer del corazón de cada hombre.Y si no hay paz en el corazón, ¿cómo puede haber paz en un pueblo, en una nación, en el mundo?


Vivir en paz


Es por ello, que mantener la paz es una obligación primaria para todos, pero en especial de los padres, pues es en el hogar donde se aprende a vivir y construir la paz; es allí donde los padres tienen la enorme responsabilidad de enseñar a los hijos la manera de comportarse, de tratar a los demás y de resolver los problemas.


Es increíble cómo hasta en una pequeña sociedad como la familia, donde existe cariño entre sus miembros, puede perderse la paz.No cabe duda de que la paz es algo muy frágil por lo que hay que trabajar pacientemente todos los días para conquistarla.


Pero antes de lograr esto, se tiene primeramente que tener claro cómo se vive la paz.
Contrario a lo que muchos creen, la paz no es la ausencia de la guerra, ni es solamente el respeto a los otros.


¡Qué fácil sería y a la vez que peligroso si los padres sólo tuvieran que respetar a los hijos para poder tener un hogar lleno de paz!: "Ah, sí, mi hijo quiere tener su cuarto todo tirado, hay que respetarlo".


La paz se vive:· Al tener un verdadero sentido de justicia.· Cuando no nada más se reconocen los propios derechos sino también los de los demás.


Si se reconoce en los hijos su dignidad como personas. Muchas veces al verlos pequeños, algunos padres se aprovechan de ellos y cometen verdaderos abusos de autoridad.


· Al enseñar a los hijos a distinguir entre el bien y el mal, al formar en ellos una conciencia recta,a la vez que se trabaja por la paz.Cuando los hijos son pequeños, los padres son como una "conciencia externa" de ellos (como Pepe Grillo en el cuento "Pinocho"), de allí la importancia de sus actos y juicios.


Exaltar el valor de la vida humana, su dignidad y su derecho. Tanto la vida de ellos mismos como la de los que lo rodean tiene un inmenso valor, desgraciadamente con tanta violencia (en los medios de comunicación, en el medio ambiente), los niños no aprecian este valor.


Pasos para lograr la paz (en la virtud)


Voluntad. Muchas veces aunque los niños conozcan el bien y el mal, les falta fuerza de voluntad, no han aprendido el hábito del esfuerzo, son niños "buenos", pero tal vez estos niños no han aprendido a dominarse, ni a pensar en los demás, ni a sacrificarse, sienten que el mundo gira al rededor de ellos, muchos de estos niños se convierten en "tiranos".


Exigencia. A los hijos hay que exigirles, claro que dentro de sus posibilidades, enseñarles a enfrentar los problemas y a esforzarse para resolverlos, que sepan sentirse orgullosos de haber sido capaces de realizar las cosas por sí mismos.Valentía. Que tengan héroes que inspiren su vida, pero que sean héroes de grandes ideales, porque actualmente a los niños se les presenta la violencia como forma de heroísmo, necesitan de los padres para que les enseñen lo que es noble y grande.


Respeto. Cuidar que los niños no adquieran la costumbre de tomar las cosas de otro, por muy insignificante que sea el robo, y si estropea algo ajeno, pues hay que reponerlo, enseñarles que las cosas ajenas siempre se respetan.


Generosidad. Es algo que de por sí es difícil en los niños, es en esta edad cuando tienden a ser más egoístas, por ello es importante que ellos vean un buen ejemplo: cómo sus padres ayudan al necesitado o al que tiene algún problema (dentro de las propias posibilidades).Para despertar en los niños el sentido de generosidad, se les puede acostumbrar desde pequeños a renunciar a algo suyo y compartirlo con algún otro niño.


Cortesía. Gastón Courtois ha dicho que la cortesía "es hija del respeto al prójimo y hermana de la caridad". El que es cortés sabe que no es el centro del mundo, es una persona que piensa en los demás y en sus sentimientos.El dominio de sí mismo es un elemento que va de la mano con la cortesía. Un niño que hace un coraje porque algo le ha salido mal o porque el hermano le rompió algo y no se le enseña a controlar, de grande le será muy difícil, si no es que imposible tener control de sus actos y mucho menos respeto por los demás.


Orden. Es un elemento esencial para que haya armonía y equilibrio en un hogar. Cuando hay orden en una casa, hay normas y límites, esto proporciona seguridad a los hijos y les enseña a tener disciplina.
Caridad. No puede dejarse de mencionar este valor esencial para que haya paz, pues es un elemento que determinará la calidad de la persona y su capacidad para relacionarse con los demás.Buscar el bien personal y el de los demás es justamente lo que trae como consecuencia la paz.


La paz es el resultado de muchas actitudes, todas estas fundamentadas precisamente en la caridad, no entendida como limosna, sino como amor.


Gastón Courtois también escribió: "Cuando la caridad domina, la humanidad se engrandece. Cuando el egoísmo reina, la humanidad se rebaja".


Qué responsabilidad tienen los papás de enseñar esta virtud en los hijos, en sus manos está el que haya sociedades justas y pacíficas.

Cuidado con el castigo

Entendemos por castigo cualquier acción que ejecuta una persona, y que causa la aversión del que la recibe, empleado como elemento correctivo o de control con la finalidad de eliminar una conducta o comportamiento molesto o inadecuado.

Entre los castigos más frecuentes se encuentran:
El tiempo fuera (sacar o prohibir al sujeto permanecer en el lugar o contexto donde ha exhibido una conducta considerada molesta o inapropiada enviándolo a dormir, etc.)
El retiro de reforzadores o estímulos positivos (prohibición de ver la TV, de salir a jugar con los amigos, etc.)

El castigo físico (que por supuesto no tiene nada de educativo).
Las causas más frecuentes por las cuales se castiga a un niño son: desobedecer las órdenes o indicaciones de los adultos; actividad excesiva del niño (hiperactividad) que resulta molesta para los adultos; rebeldía (actitud desafiante ante los padres u otros adultos); mala comunicación padres-hijos; irritabilidad, frustración o malestar de los padres.

Es posible que las causas que explican el uso extendido del castigo estén relacionadas con su aparente eficacia y rapidez para controlar o detener el comportamiento inadecuado o molesto. Sin embargo, sobran los ejemplos de niños que a pesar de haber recibido castigo, incluso físico, por mostrar determinados comportamientos, siguen exhibiéndolo tan pronto se presenta la ocasión.

Diversos estudio han mostrado que los efectos supresores del castigo resultan momentáneos, que este no provoca el desaprendizaje del comportamiento castigado, ni ofrece en su lugar otra alternativa más adecuada por lo que en la primera ocasión se activa nuevamente.
El uso sistemático del castigo como acción correctora principal puede acarrear consecuencias negativas, entre las que podemos señalar: daño a la autoestima del niño, quien llega a desvalorizarse (baja autoestima); aparición de estados de tensión, estrés y agresividad; déficit de atención; pérdida de confianza en los padres; ansiedad o culpa de alguno de los miembros de la familia; y empleo de la mentira como medio de evitar el castigo.

Como pueden observarse, si bien el castigo aparece como una “rápida solución” a los problemas de comportamiento infantil, sus efectos no son permanentes y por lo general provocan más daño que beneficio.

Educar requiere paciencia y poder mostrar al educando las alternativas de comportamientos más efectivos, lo que se logra en primer lugar con el propio ejemplo de los padres, la adecuada comunicación con el niño, la exigencia apropiada, pero siempre con amor, con el uso de argumentos directos y lógicos que inviten al niño a reflexionar sobre las consecuencias de su comportamiento, no solo para él, sino también en las afectaciones que pueden provocar en los demás.

El castigo físico nunca puede considerarse como una acción educativa. Por el contrario, es generador de agresividad y aprendizaje de comportamientos violentos que serán mostrados más allá del contexto familiar, ya que pueden afectar no sólo el comportamiento psicológico del individuo, sino también el social.

Los padres que castigan físicamente a sus hijos están contribuyendo a la reproducción de conductas violentas en el ámbito de la sociedad e inducen al uso de la violencia como forma de ejercer el control sobre otros.

Educar es dialogar, es persuadir, es enseñar con el ejemplo. Agote estos recursos antes de imponerles un castigo sus hijos, estos y la sociedad se lo agradecerán.

De lo que hacen los buenos padres

Los buenos padres no le dan a su hijo todo lo que necesita, le enseñan que él es capaz de conseguir lo que quiere.
Los buenos padres no buscan hacer feliz a su hijo, le enseñan que la felicidad depende de cada uno.
Los buenos padres no le dan oportunidades a su hijo, le enseñan a buscarlas, a crearlas y a aprovecharlas.
Los buenos padres no le dan a su hijo lo mejor para que sea feliz, le enseñan a disfrutar y a encontrar lo mejor, aún en lo más sencillo.
Los buenos padres no le enseñan a su hijo a superar siempre a los demás, le enseñan a superarse a sí mismo.
Los buenos padres no le enseñan a su hijo a decir todo lo que piensa, le enseñan que lo que pensamos no es la verdad absoluta y que debemosser cautelosos al expresar nuestras opiniones y tener en cuenta lossentimientos de los demás.
Los buenos padres no le resuelven los problemas a su hijo, le enseñan a asumir responsabilidad y a aprender de sus errores.
Los buenos padres no le enseñan a sus hijos a evitar los fracasos, le muestran que el fracaso es parte del camino hacia el éxito.
Los buenos padres no convencen a su hijo de su importancia en la sociedad, le enseñan que sirviendo se volverá importante para ella.

El hogar de la Familia

Todos deseamos ser felices. De esto no hay duda. Pero, ¿qué hacemos para tal objeto? Todos anhelamos tener y vivir en un hogar feliz, que sea un refugio de paz después del trajín del diario vivir a que estamos sometidos en el mundo de hoy. Pero, ¿qué hacemos para ello? Poco o nada. Y salvo excepciones loables, hacemos lo opuesto para tal fin, por la actitud egoísta de anteponer nuestro "yo" (amor propio, orgullo, etc., y en algunos casos capricho) en las relaciones del hogar; todo lo cual induce a esos estados de intransigencia perturbadora de la armonía indispensable para que el hogar sea un refugio de paz, amor y felicidad. Y esto último no es una quimera, sino una condición de vida que está al alcance de quien quiera conquistarla. Porque, sólo conquistándola podrá disfrutarse.

La primera condición para un hogar feliz es mantener la armonía entre los componentes, especialmente entre los esposos, que son la fuerza rectora y guía de la familia; ya que, un hogar desarmónico es un foco de atracción de vibraciones negativas de fuerzas del mal (seres inferiores de baja condición) y causa de trastornos psicológicos en diversas manifestaciones y consecuencias, y de infelicidad. Y para que esa armonía exista en el hogar, de absoluta necesidad es observar y poner en práctica el amor entre todos los componentes del hogar, que es un darse a los demás componentes de la familia y mucha comprensión. Si cada uno de los componentes de la familia adopta esa aptitud, si cada uno de los miembros de la familia trata a los otros como desea que le traten, no habrá enfados ni reprimendas, no habrá lugar para desavenencias, tan perjudiciales para la buena armonía en el hogar.

De gran amargura es ver el gran número de hogares desarmónicos, consecuencia del egoísmo y falta de delicadeza en las relaciones conyugales. Da pena ver como, personas que se tienen por educadas en la sociedad, actúan en el hogar con vulgaridad y falta de delicadeza, creando con ello un ambiente de desarmonía perturbadora. Variados son los motivos productores de desarmonía; como los ademanes bruscos, palabras agrias, cotorrear, etc.; pero la causa principal radica en el egoísmo de las partes o ambas que componen el matrimonio, y a veces de algún otro familiar. Porque, el egoísmo con su secuela de amor propio, orgullo, vanidad, afán de dominio, autoritarismo, etc.; es generador de desarmonía y desdichas entre los esposos y demás miembros de la familia. Demostrado está, que no hay egoísta feliz, ya que la felicidad y el egoísmo son incompatibles.

Fácil es apreciar que la mayoría de las desarmonías en el hogar tienen su origen en la actitud de egoísmo que el esposo o la esposa, o ambos, mantienen, por ignorancia de su propia condición egocéntrica, por falta de observación de sus reacciones y sentimientos. Y esa actitud desacertada, va generando un desencanto entre los cónyuges que debilita el amor conyugal, por lo que necesario es evitar por todos los medios, todo comienzo de desarmonía en el hogar.

Las desarmonías suelen comenzar por divergencias sobre pequeñeces del diario vivir o por falta de delicadeza en el trato diario que, con la repetición, van creando en el hogar un ambiente psíquico desarmónico, de funestas consecuencias. Cuando una de las partes quiere hacer prevalecer su criterio sin considerar el de la otra parte, comienzan las desavenencias. Y aquí está el peligro; porque, con esta actitud están emitiendo vibraciones negativas que atraen hacia ese hogar a entidades maléficas del mundo invisible, que les proyectarán vibraciones desequilibrantes, azuzando a las partes, convirtiendo a los esposos, padres, hijos y hermanos, en instrumentos de esas fuerzas negativas. ¿Sabéis lo que esto significa? Si pudieseis ver esa escena, os espantaría. Esto es también aplicable a los jóvenes entre sí y en las relaciones con los padres. Porque, dado la influencia de las nuevas ideas mal interpretadas; los jóvenes, en el desconocimiento de su inmadurez psicológica, tratan de imponer su criterio juvenil a sus padres que, si bien hay casos con cierto grado de razón, los más carecen de ella. Y muchos jóvenes adolescentes argumentan que sus padres no les comprenden. Ello es cierto en algunos casos; pero, yo les pregunto, ¿tratan ellos, por su parte, de comprender a sus padres? La mayoría no, y se apartan de ellos, en vez de acercarse y aprender de su experiencia.

Si queréis tener y disfrutar de un hogar donde reine la paz y la armonía, es imprescindible que os propongáis desde ahora mismo, hacer todo el esfuerzo posible en contribuir a la felicidad de la otra parte y demás miembros de vuestro hogar, superando el egoísmo y el amor propio, y pronto comenzaréis a sentir en vosotros mismos una sensación más agradable de la vida, sensación que la armonía mental-emocional produce. Y esto no es tan difícil. Haced la prueba, comenzando hoy mismo al llegar a vuestro hogar y esforzándose en mantenerse en esa sintonía.
Cuando la esposa ponga todo su empeño en evitar todo comienzo de divergencia y el esposo haga lo mismo; cuando ambos se propongan firmemente no permitir desavenencia alguna entre ellos, antes bien ceder en sus derechos (y aquí está el punto más difícil, por el orgullo y el amor propio, que demuestran inferioridad de carácter); cuando cada uno de los cónyuges trate de hacer feliz al otro en todo sentido, y esto no es tan difícil; ese hogar irá siendo impregnado de vibraciones de armonía y la paz reinará en ese hogar. Y aun cuando sencilla, ésta es la fórmula maravillosa para la felicidad conyugal. ¿Difícil? No, no es tan difícil si os lo proponéis con determinación firme. Si ansiáis la paz del hogar, bien vale la pena hacer el esfuerzo.

La causa que más contribuye al desencanto y enfriamiento en las relaciones conyugales, son las discusiones o disputas que enardecen o excitan la emotividad. Si queréis mantener siempre ese encanto, esa atracción mutua, esa admiración, ese deseo de acercamiento que os llevó al matrimonio a aquellos de vosotros que estáis casados, y que también llevará a las jóvenes parejas a unirse para la formación de un hogar que añoran pleno de felicidad, es indispensable evitar la discusión en el comienzo de cualquier divergencia, por pequeña que ésta sea. Tomar esta decisión es importantísimo; pues, es en el comienzo cuando hay que atajar el mal, antes que tome cuerpo.

Las discusiones o disputas en el hogar, son altamente perjudiciales en todo sentido; porque excitan la emotividad, y ésta incide en la mente que presiona magnéticamente sobre la facultad de la razón, ofuscándola. Y las personas muy emotivas, llegan a perder el control de sí mismas, con los consiguientes perjuicios. Pero, a más de eso, ese estado psíquico de descontrol produce una desarmonía psíquica y gran derroche de energías, y un gran desequilibrio en el sistema glandular o glándulas de secreción interna, como el hígado, páncreas, bazo y otras, alterando su funcionamiento, con el consiguiente perjuicio para la salud. Además afecta en alto grado al sistema nervioso, ya que el magnetismo generado en esos momentos de discusión, incide en las neuronas, con la consiguiente pérdida de energías nerviosas.

Como en las discusiones o disputas la mayoría no sabe controlarse, suelen salir palabras ofensivas o frases (y generalmente acontece, aunque mucho depende de la educación de las partes), que lastiman la sensibilidad de las personas sensibles, porque las frases hirientes y palabras duras, hacen impacto en la facultad emocional del alma humana, que poco a poco va matando el amor conyugal, tan necesario para la vida en común y para su progreso espiritual. Y cuando hay niños, esas escenas, así como las palabras y frases pronunciadas en esos momentos fuera de control, se graban intensamente en la psiquis de los niños e influirán mucho en su vida. Ante esta responsabilidad, meditad aquellos que sois padres.

Todas o casi todas las discusiones desagradables y enfados en las relaciones de familia, comienzan por pequeñeces de la vida diaria en común. Y es ahí, en el comienzo, donde hay que controlarse, no dando a las cosas más importancia de la que realmente tienen. Nunca habrá discusión si cada una de las partes está determinada a evitarla. Y la parte más inteligente, la más sensata, será la que sepa ceder en el comienzo, evitando con ello males mayores. Y en las jóvenes parejas, las discusiones y enfados caprichosos van produciendo un desencanto que, poco a poco, van matando el amor conyugal. No hay hogar feliz donde los esposos tengan el hábito de discutir. La grandísima mayoría de las separaciones conyugales, se deben a la funesta costumbre de discutir. ¿Habéis visto el aspecto desagradable que ofrecen dos o más personas discutiendo cuando lo hacen acaloradamente? Penoso, ¿verdad? Pues, en ese espejo debemos mirarnos.

Variados son los aspectos y motivos que pueden llevar a la discusión y ésta a degenerar en disputa acalorada, si las partes no se controlan en el comienzo. Las causas principales suelen ser: educación deficiente, vulgaridad, falta de delicadeza, quisquillosidad, amor propio, orgullo, falta de control sobre la emotividad y... egoísmo. Porque, el egoísmo es exigente, absorbente, dominante, amargando la vida de quien lo alimente y de quienes están a su lado. Las personas egoístas son incomprensivas e intransigentes con todo aquel que no piense y actúe como ellos quieren, con lo cual van creando un estado mental de egocentrismo y aislamiento psíquico que irá amargando sus vidas. En toda divergencia de opinión, necesario es razonar. Y para razonar, imprescindible es mantener la calma. Controlarse en el momento mismo del comienzo de cualquier divergencia. Repito, la parte más sensata, la más prudente, deberá ceder, evitando con ello males mayores. Ni importa que considere tener la razón; quien la tenga, se verá después. Pero, quien aprenda a ceder, mantendrá la armonía en el hogar, que es lo más importante. Puede que alguno crea que ello va en menoscabo de su personalidad; muy por el contrario, irá adquiriendo superioridad por la fuerza moral que en sí va desarrollando.

Controlarse en el comienzo o cuando ve venir el problema, es la técnica más efectiva a emplear por toda persona sensata, de todo aquel que se tenga por civilizado, de quien espere gozar de paz, mental-emocional y salud. Para razonar en todo diálogo, es necesario mantener la calma. Controlar la impaciencia, comenzando por desarrollar la calma. ¡CALMA! ¡¡CALMA!
Esta palabra, pronunciada o mentalizada lentamente, al comienzo de cualquier incomodidad o contratiempo, tiene una fuerza mágica que la mente imparte a la facultad emocional y actúa como un freno sobre los impulsos. Y aplicándola con frecuencia se establece el hábito, con lo que se consiguen resultados sorprendentes. No lo dudéis. Ponedla en práctica en todo momento de impaciencia o preocupación, y pronto apreciaréis sus magníficos efectos. Todo está en adquirir el hábito, éste actuará automáticamente. Proponeos con determinación firme a no enfadaros y controlar los impulsos, haciendo uso de ese vocablo mágico

Si quieres ser un buen padre, sé un buen esposo

El último libro de Piero Ferruci, "Nuestros maestros los niños" ya ha sido traducido a 11 idiomas. Allí él dice: "Ha hecho falta tiempo, pero al final me he dado cuenta: la relación con mis hijos pasa a través de la relación con mi mujer. No puedo tener con ellos una buena relación si mi relación conella no es buena".

La experiencia clínica de Ferruci le ha demostrado que "cada ser humano es el resultado de la relación entre dos individuos:su padre y su madre. Y esa relación sigue viviendo dentro de nosotros como una armonía bellísima o como una laceración dolorosa. La relación entre nuestros progenitores -dice Ferruci- nos constituye en lo que somos. Y esto es verdad también en la época de la familia dormitorio, de los progenitores single, de la fecundación artificial, de la manipulación genética, de los vientres de alquiler, de los bancos de espematozoides... Un niño siente con todo su ser la relación entre sus progenitores, sea cual sea, la siente en sí mismo. Sila relación está envenenada, el veneno circulará por su organismo. Si la atmósfera no es armoniosa, crecerá en la disonancia. Si está llena de ansias e inseguridades, también su futuro será incierto" .

La conclusión entonces parece clara: si quieres ser un buen padre, sé un gran marido. Si quieres ser una buena madre, sé una gran compañera para tu marido. Esto que parece simple, en la práctica no lo es. ¿Por qué? Ferruci responde en primera persona, con gran humildad:
"A veces he olvidado esta realidad. He tenido demasiada confianza. Sabiendo que nuestra relación va bien, la he dejado allí". Abandonada la relación a su propia suerte, pronto aparecen los disgustos, las recriminaciones.

Cuando un matrimonio reacciona a tiempo y recupera lo bello de su amor, los primeros en darse cuenta son los hijos. Y cuenta su propia experiencia, después de una temporada en que, obsesionado por escribir sus libros, comenzó a levantarse a las 5 de la mañana y a pasar el día rabiando por el ruido y las interrupciones:

"Comencé a sentirme deprimido, algo no andaba bien. Al fin comprendí lo que sabía pero no quería admitir. El orden de mis prioridades estaba equivocado.
Decidí devolver a Vivien, mi mujer, un marido que no se cayera de sueño. Después ocurrió algo sutil y sorprendente. Mejoró la relación entre Emilio y Vivien. No es que fuese una relación mala, pero había algo que no me gustaba. A menudo Emilio era descortés con ella y hablaba conmigo como si Vivien no existiera, ignorándola como el machista más encallecido. Después lo he entendido: Emilio me mostraba cuál era mi actitud hacia Vivien... Era yo quien la transformaba en una sombra. Por fortuna me di cuenta a tiempo".

¿Cómo mantener y mejorar constantemente la relación conyugal? Este autor italiano es un gran romántIco y cree que la fuente de amor para los esposos radica en el recuerdo de sus mejores momentos.

"Al contrario de lo que muchos piensan, yo creo que el hecho de enamorarse es el instante más auténtico de la relación entre dos personas; es cuando ellas ven que todas las posibilidades se abren ante ellas, cuando tocan la esencia y belleza del amor... Ante los ojos de mi mente desfilan nuestros momentos más luminosos: el primer paseo juntos, la decisión de casarnos una tarde de septiembre, Vivien que acude a recibirme al aeropuerto un día delluvia. el concierto durante el embarazo de Emilio...

Todo eso es el origen, la fuente: el lugar en que todo va bien y esperfecto. Resulta positivo regresar de vez en cuando a los orígenes y beber de aquella fuente de agua pura".

¿QUIERE USTED SALVAR SU MATRIMONIO?

A menudo salimos a cenar un grupo de amigos, siempre los mismos y con las mismas mujeres, ninguno de ellos divorciados, yo tampoco, y no por falta de oportunidades, lo que no deja de extrañarnos en el mundo en que vivimos. Lo normal es que a los hombres les entre el morbo de unas nalgas más invitadoras que las de su mujer y se divorcien. Lo normal es que todos
intentemos dar sentido a nuestras vidas, especialmente a cierta edad madura, cuando el declive te obliga a pensar que los sueños, sueños son; y ello acontece por igual a hombres y a mujeres, con hijos o sin ellos. En la facultad en la que trabajo, el número de profesores divorciados, o a punto, crece como los hongos en el otoño y el espectáculo es casi siempre patético. Llevan una vida tan arrastrada y miserable, a causa de tener que compartir el sueldo con sus mujeres e hijos: ¡qué ganas dan de darles un euro! Por algún tiempo dejan de salir a cenar por las noches y pierden el sano hábito del café a media mañana, siempre visten el mismo traje sin planchar y los mismos zapatos e imagino que los mismos calzoncillos o bragas, no sé si lavados o no.

En el mundo de los escritores, incluso con el rigor mortis ya acechándolos, la nómina de los que pasan por la vicaría o el ayuntamiento, desde Borges a Ayala, no respeta ni nombre ni fama. Me encontré este verano en una fiesta en Sotogrande con Marina, la mujer de Cela, y me sorprendió por lo alegre y vivaracha, por lo bien que cuarteaba y movía las caderas. Llevaba un traje de modistilla de barrio y, supongo, que no por falta de dinero. Las mujeres de mis amigos y la mía ya no se mueven como ella, pero visten mejor y son más juiciosas. Yo, al igual que ellas, sigo el consejo de un amigo, gran mujeriego él y que llamaba santa a su mujer. Jamás la traicionó con otra y si lo hizo, ella nunca lo descubrió, o si lo pilló in fraganti en la cama estoy seguro de que lo negó vigorosamente. Mi amigo era un sabio y su Santa es hoy la viuda más feliz del mundo. Nunca dejaron de quererse. Dejar de querer a la mujer que te ha dado la vida es como dejar de regar ese arbolito tierno que has plantado y ves crecer y darte una sombra cada día más tupida y fresca.

¿Qué ha hecho usted para salvar su matrimonio tantos años? Le preguntó una joven periodista a Paul Newman, casado desde su juventud con la actriz Joan W., y el guapísimo y tentador actor le respondió (la anécdota es de mi querido amigo Juan Carlos Rodríguez): "pues bien sencillo, Miss. En mi casa las decisiones importantes las tomo yo. Si mi mujer dice que un guión es malo, no lo hago. Si mi mujer dice que tenemos que cambiarnos de casa, nos cambiamos de casa. Si mi mujer dice que al niño hay que llevarlo a tal o cual colegio, lo llevamos a dicho colegio. Ahora bien, de la política de los Estados Unidos con Irak o con China me ocupo yo".

La fórmula es sencilla y si no funciona es porque el hombre es un ser de pocas luces, según el famoso actor. ¿Cambiar? Para qué? Al poco tiempo, la nueva mujer se comporta como la anterior y las noches son igual de sonsas y aburridas. Le preguntaron en cierta ocasión a Cela que por qué se había divorciado y el lenguaraz autor contestó: porque no soy maricón. A Terenci Moix le preguntaron por qué iba con tanta frecuencia a Egipto y no contestó, obviamente, que porque no era maricón, sino porque le gustaba la vida cultural y lasa de los países árabes, la vida alegre quiso decir y no dijo, una vida alegre que ni a mis amigos ni a mí nos parece tan alegre, sobre todo cuando la madurez y el declive te obligan pensar que estás viviendo de prestado.

La sentencia

Una mujer acompaña a su marido a la consulta del médico. Después del chequeo, el galeno llama a solas a la mujer a su despacho y le expone:

"Tu marido tiene una enfermedad muy grave combinada con un estrés horrible.

Si no haces lo siguiente, sin duda morirá: cada mañana prepárale un desayuno saludable. Se amable y asegúrate de que esté siempre de buen humor.

Prepárale para la comida algo que le alimente bien y que pueda llevar al trabajo. Y cuando vuelva a casa más tarde, una cena especial. No le agobies con tareas, ya que esto podría aumentar su estrés. No hables de tus problemas ni discutas con él, sólo agravarás su estrés. Intenta que se relaje por las noches utilizando ropa interior sexy y dándole muchos masajes. Anímale a que vea algo de deportes en la televisión. Y, lo más importante, haz el amor con él varias veces a la semana y satisface todos sus caprichos sexuales. Si puedes hacer esto durante los próximos diez o doce meses, creo que tu marido recuperará su salud completamente".

De camino a casa, el marido pregunta a la mujer:

-"¿Qué te dijo el médico?"

-"Que te vas a morir".

Sin Peleas

Una pareja fue entrevistada en un programa de televisión porque estaban casados desde hacía 50 años y nunca se habían peleado. El periodista, lleno de curiosidad, pregunta a la mujer:

- Pero, ustedes, nunca han discutido?
- No - responde la mujer
- Y como es eso?

- Bien, cuando nos casamos mi marido tenía una yegua que apreciaba muchísimo.

Era la criatura que él más quería en la vida. El día de nuestra boda fuimos de luna de miel en nuestro carro tirado por la yegua. Andamos algunos metros y la yegua tropezó. Mi marido le dijo con voz firme a la yegua:

- Uno

.Pero unos metros más adelante la yegua tropezó de nuevo. Mi marido miró a la yegua y dijo:

- Dos.

La tercera vez que se tropezó, sacó su pistola y le pegó cinco tiros a la criaturita. Yo totalmente sorprendida le recriminé:

- Pero ¿por qué has hecho semejante cosa, hombre?Mi marido me miró y dijo:

- Uno.

Las razones de una mala comunicación familiar

Cuando un miembro de una familia llega a su casa puede percibir un mensaje de bienestar o tensión sin la necesidad de mirar a la cara del resto de la familia. Eso suele suceder en razón de que cuanto más estrecha sea la relación en las personas, más importancia tendrá y más evidente será la comunicación no verbal. En ocasiones, la falta de diálogo supone una grave limitación a la comunicación. Muchas veces la prisa de los padres por recibir alguna información les impide conocer la opinión de sus hijos y, de igual forma, impide que sus hijos se den cuenta de la actitud abierta y de la predisposición a escuchar de los padres. La situación anterior es especialmente importante en la adolescencia. Son múltiples las situaciones en que los padres sienten curiosidad por lo que hacen los hijos y estos, ante una situación de exigencia responden con evasivas. Otro impedimento para la comunicación es la impaciencia de algunos padres para poder incidir educativamente en la conducta de sus hijos. Todo el proceso educativo pasa por la relación que establecen padres e hijos, y ésta se apoya en la comunicación; por eso es tan importante preservarla y mantener la alegría de disfrutarla. Para ello es suficiente que los padres no quieran llevar siempre la razón y convencerse que comunicarse no es enfrentarse. La vida familiar cuenta también con unos enemigos claros para establecer conversaciones y la relación interpersonal. La televisión en la comida, los horarios que dificultan el encuentro relajado, los desplazamientos de fin de semana... Hay que luchar frente a estas situaciones y adoptar una actitud de resistencia provocando un clima que facilite la comunicación.

Obstáculos que impiden la comunicación en la familia

- Generalizaciones: Siempre estás pegando a tu hermana, nunca obedeces. Seguro que en algún momento hace algo distinto de pegar a su hermana. Posiblemente, alguna vez, sí ha sabido obedecer. - Juicio de los mensajes que recibes: La madre, cuando el padre llega de la calle, dice: Parece que hoy llegas más tarde. El padre replica: ¿Qué pasa?, ¿Los demás días llego antes?. ¡Siempre estás pendiente de la hora a la que vengo!- No saber escuchar para comprender bien lo que quieren decir realmente. - Discusión sobre tu versión de algo que sucedió hace ya tiempo. ¿Para qué darle tanta importancia a sucesos ya pasados? - Establecimiento de etiquetas - Aplicación de objetivos contradictorios.- El lugar y el momento que elegimos. - Exposición de preguntas llenas de reproches. - El abuso de los: Tú deberías, Yo debería hacer; en vez de los: Qué te parece si..., Quizás te convenga, Yo quiero hacer, Me conviene, He decidido. - Cortes en la conversación porque se presta más atención a lo que quieres decir, que a escuchar al otro.

Una buena comunicación une la familia

Por supuesto que no existe una regla básica para mejorar la comunicación en una família. Cada família es un mundo distinto, un lenguaje único. Lo que sí deberían existir, como forma para mejorar la comunicación, es la voluntad, el interés, y la disponibilidad, por parte de los padres, a que este espacio sea creado y vivido intensamente, en la medida de lo posible. Si lo que quieren es una familia unida, la mejor vía, el más acertado camino, es por la comunicación.

Consejos para ayudar en la comunicación entre padres e hijos

1. Observar el tipo de comunicación que llevamos a cabo con nuestro hijo. Dediquemos unos días de observación libre de juicios y culpabilidades. Funciona muy bien conectar una grabadora en momentos habituales de conflicto o de sobrecarga familiar. Es un ejercicio sano pero, a veces, de conclusiones difíciles de aceptar cuando la dura realidad de actuación supera todas las previsiones ideales.

2. Escuchar activa y reflexivamente cada una de las intervenciones de nuestros hijos. Valorar hasta qué punto merecen prioridad frente a la tarea que estemos realizando; en cualquier caso, nuestra respuesta ha de ser lo suficientemente correcta para no menospreciar su necesidad de comunicación.

3. Si no podemos prestar la atención necesaria en ese momento, razonar con él un aplazamiento del acto comunicativo para más tarde. Podemos decir simplemente: dame 10 minutos y enseguida estoy contigo. Recordemos después agradecer su paciencia y su capacidad de espera.

4. Evita el empleo del mismo tipo de respuestas de forma sistemática para que nuestro hijo no piense que siempre somos autoritarios, que le hagamos sentir culpable, que le quitamos importancia a las cosas o le damos sermones.

5. Dejar las culpabilidades a un lado. Si hasta hoy no hemos sido un modelo de comunicadores, pensemos que podemos mejorar y adaptarnos a una nueva forma de comunicación que revertirá en un bien de nuestra familia suavizando o incluso extinguiendo muchos de los conflictos habituales con los hijos.

6. Cuando decidamos cambiar o mejorar hacia una comunicación más abierta, es aconsejable establecer un tiempo de prueba, como una semana o un fin de semana, terminado el cual podamos valorar si funciona o no y si debemos modificar algo más. Los padres tenemos los hábitos de conducta muy arraigados y cambiarlos requiere esfuerzo, dedicación y, sobre todo, paciencia (¡con nosotros mismos!).

El matrimonio también requiere chequeos periódicos

Hoy en día es común la práctica de la revisión médica periódica o "chequeo" que permite hacer una evaluación del estado de salud del organismo para prevenir las enfermedades y evitar consecuencias adversas.

Así como se puede diagnosticar oportunamente en la salud corporal, también se puede trabajar para mantener sano el estado de salud conyugal. Ya sea con síntomas o sin ellos, a todo matrimonio deseoso de mejorar su relación le conviene también hacer un alto en el camino y realizar una verificación de su amor.

Cuando hay síntomas de deterioro

Es fácil identificar a una pareja de novios o de recién casados, pues basta con ver sus conductas y actitudes, su plática amena e interminable, la necesidad de estar juntos, de tocarse, de mirarse.
Desgraciadamente también resulta fácil identificar a una pareja que ya ha perdido el encanto de los inicios. Parecen imanes del mismo polo que se repelen. Entre ellos no se escucha diálogo sino discusión, rehuyen encontrarse a solas con el otro y encuentran alivio cuando ven a sus amigos, pues con ellos sí pueden platicar.

Sin lugar a dudas, se ha provocado un deterioro en la relación. Conviene saber qué tan grave es el problema y tomar medidas correctivas para restablecer la situación, así como medidas preventivas, para evitar que el deterioro vuelva a presentarse.

Cuando todo marcha de maravilla

También se dan casos en los que ambos suponen que todo marcha de maravilla. Aparentemente no hay desacuerdos y las dificultades propias de toda relación se han ido superando en forma oportuna y adecuada.

Al igual que en el cuidado de la salud, no está de más realizar un "chequeo", pero más con un enfoque preventivo. Vale la pena tomar el pulso de la relación conyugal y saber a ciencia cierta cuál es la situación real.

¿Cómo realizar un "chequeo" conyugal?

Para el chequeo matrimonial no se requiere de un consejero, basta con que los cónyuges quieran hacerlo y dispongan de por lo menos un par de horas, en las que puedan trabajar solos y sin interrupciones y tener a la mano unas cuantas hojas de papel y un lápiz para cada uno.
Fundamentalmente, el "chequeo" requiere de un poco de reflexión y análisis personal y luego de un intercambio honesto, tranquilo, abierto y positivo. Cada uno de los integrantes de la pareja debe responder individualmente a cada una de las cinco preguntas que aparecen a continuación y prepararse para comentarlas posteriormente con el otro.

Las tres experiencias de mi vida CONTIGO, que me han hecho más feliz son:
Analizando esas tres experiencias, lo que encuentro de común en ellas, y a lo que atribuyo tanta felicidad es a:
Las tres cosas que más me agradan de ti son:
Si para mejorar la relación entre TU y YO tuviéramos que cambiar algo, ¿qué creo que debemos cambiar? y ¿por qué?
Analizando la forma en que TÚ y YO acostumbramos dialogar, ¿qué creo que nos convendría hacer para mejorar nuestro diálogo de intercambio?

Descubrimientos

Una vez que cada uno haya contestado por escrito las cinco preguntas, intercambien sus papeles. Cada uno debe leer el escrito del otro. Cuando hayan terminado de leer y meditar las respuestas, deben platicar sobre lo que han descubierto de su relación:
-¿Se han dado cuenta de lo que están haciendo o dejando de hacer?
-¿Ha habido coincidencias o lo que predomina son las diferencias?
-¿Ha habido sorpresas? ¿qué han aprendido de ellas?
-¿Han encontrado vías de acercamiento entre los dos?

Es importante que este intercambio no se convierta en reclamo, sino en un interés por conocerse mejor, entenderse y aceptarse.
Sin embargo, si se dieron cuenta de que el intercambio se convirtió en una sesión de quejas y reclamos, el "chequeo" ha cumplido su cometido, pues está revelando que la pareja tiene aspectos débiles.
El enojo y el desacuerdo no quieren decir que el matrimonio esté en crisis, pero sí demuestran que hay cosas que mejorar.

Compromisos

Tomando las ideas que escribieron en las preguntas 4 y 5, traten de establecer un compromiso mutuo, en el que estén de acuerdo ambos, con miras a hacer algo concreto, que les permita mejorar su relación de pareja. Expresen su común acuerdo en relación a los siguientes puntos:
Nuestro compromiso concreto, como resultado de esta reunión será…
¿Cómo vamos a medir y a darnos cuenta de que hemos cumplido nuestro compromiso?
Fecha en la que vamos a revisar si hemos cumplido.

Los primeros pasos

Si la pareja quiere que eso que soñaron se convierta en realidad, tienen que comenzar a hacer algo AHORA. Por consiguiente, vale la pena que se hagan la siguiente pregunta: ¿Qué tenemos que hacer, en los próximos seis meses, para ir avanzando en lo que consideramos importante?
Escriban algo concreto, realista, que puedan y quieran llevar a cabo de común acuerdo para avanzar en la dirección que les interesa, para cada uno de los siguientes aspectos:

-Relación pareja
-Vida familiar
-Salud
-Aspectos económicos

Una vez terminada esta evaluación, se pueden analizar los resultados logrados y definir cuál será el mejor momento para volver a hacer el "chequeo".

Pensamientos para la familia

La felicidad está dentro de ti. No la busques en lo exterior

Sólo puedes elegir tu manera inteligente y sensata de caminar por la vida. Elige bien los ingredientes: madurez, sabiduría, discernimiento, ecuanimidad, amor.
Deja el pasado negativo en el pasado y no trates de cambiar a los demás sino de cambiar tú respecto de las personas y las cosas.

Tu felicidad dependerá siempre de la cantidad de tus dependencias, a menos dependencia más felicidad.

Culparte y culpar, preocuparte y preocupar mal camino. Mejor reflexiona y ocúpate.
Feliz si, pero hoy, ahora, en este momento, totalmente feliz.

Tú eres tu mejor obra creativa, créate a ti mismo cada día.

No te quedes en ti, amplía sin límites tu corazón, tu conciencia, tanto que todos los seres humanos
Quepan en tu corazón
Tu camino y tu meta son una misma cosa. Son amor, servicio la felicidad una consecuencia de ello.

Crea siempre horizontes de esperanza para ti y para los demás, no seas un cenizo, siempre hay salida.

La alegría es el oxígeno del alma, respírala siempre de manera espontánea y contágiala a los demás.

Acéptate, reconoce tus limitaciones pero crece y camina, no te pares.
Eres dueño del universo, de la noche y del día, de los bosques, del mar y de la tierra. Hazlos tuyos en un abrazo de amor a todas las criaturas.

Eres tú quien pone los caballos de potencia al motor de tu vida. Los caballos son tus pensamientos, tenacidad, tu esperanza. Eres y te conviertes en lo que piensas. No seas idiota.
No confundas bondad con estupidez, no permitas que te chantajeen, te manipulen o te organicen la vida, tu eres el dueño de tu destino.

Decide tú la actitud que quieres tener hacia la vida. Dale un significado. Elige la felicidad como única alternativa posible.

Escoge a personas agradables que te contagien la felicidad..
Encierra el hacha primitiva del rencor, odio, venganza, resentimiento, pertenecen a la Prehistoria.

Comprueba por ti mismo lo que se siente al compartir, al dar.
Pon todo tu esmero en la conquista de los enemigos internos, libérate de las dependencias emocionales.

Educar en valores humanos

La acción educativa es una orientación del niño hacia el mundo de los valores.
El niño tiene que responder a la pregunta ¿quién soy yo?.

Es imprescindible un sistema de valores que sirva de referencia.
Son los valores los que decidan si un joven va a optar por:

Tenacidad, sacrificio, compromiso..<<<<>>>> drogas, juerga, lo que le pida el cuerpo.
Si va a optar por el orden y la disciplina o se va a oponer a ella.

Si va a pasar del ¿qué dirán? O va a ser un esclavo del ¿qué dirán?
El hombre aprende a estimarse en la medida en que respeta y lucha por los valores en los que cree.

Detrás de cada persona hay un trasfondo que nos dice si algo importa o no importa, vale la pena o no vale la pena y continuamente estamos valorando cosas, hechos y personas y con estos juicios de valor no hacemos más que manifestar nuestras preferencias. Las personas del primer tramo tendrán valores muy primitivos: comer bien, dormir bien, tener dinero, buen coche...
El orden moral es el que hay que establecer para ordenar los valores de cada persona.

Se priorizan unas cosas y se desestiman otras por la escala de valores. Esta escala de valores marca el camino a seguir. Toda educación es educación moral porque enseñamos a comportarnos como hombres o mujeres. Enseñar pautas de conducta que hagan que no estemos divididos entre lo que pensamos y lo que hacemos. Debemos enseñar a distinguir el bien del mal. El niño tiene una gran capacidad para imitar. Gracias a esa imitación aprende a ser hombre haciendo suyas las pautas que ve. Hay modelos humanos dignos de imitar y modelos que no se deben imitar.

Cuando no hay valores de referencia para imitar no tenemos persona. Hay una persona dispersa, dependiente del exterior y esclavizado.

PAUTAS PARA EDUCAR

Dar sentido a los acontecimientos de la vida y ayudarle a entender sus motivaciones apelando a sus propias convicciones.
Ofrecer modelos de comportamiento para imitar los valores que consideramos razonables.

Valores de siempre de la familia

RESPETO.- Trátale como si ya fuera tan buena persona como tú quisieras que sea; dejar que el otro sea él mismo. "Eres tonto", se convierte en realidad.

AMOR.- Como algo permanente. "Como no has aprobado ya no te quiero". Un niño necesita la seguridad en el amor para tener confianza en si mismo.

HONRADEZ.- Que los demás puedan confiar en nosotros

VALENTÍA Y VALOR.- Tesón, saber encarar las cosas, afrontar las dificultades. El no carecer de nada es un lastre en la educación. En la medida en que estás haciendo lo que no te gusta pero te conviene , en esa medida te estás formando.

ESPERANZA.- Actitud mental positiva, creer en lo que se está haciendo.

GENEROSIDAD .- Deseos de hacer el bien, de salir de uno mismo, de ayudar a los demás.

DAR SENTIDO A LA VIDA .- Espiritualidad, mete a Dios en tu vida.

EDUCA A TUS HIJOS EN VALORES .- No admitir que los demás le programen el cerebro.. Si no le educas tú , le va a educar la calle, la tele...

LA SAGACIDAD .- Estar bien despiertos y descubrir las alarmas de la sociedad: la droga...

El ambiente familiar

>> ¿Qué cosa más grandeque tener a alguiencon quien te atrevas a hablarcomo contigo mismo?Cicerón

Diálogo y naturalidad.
Virtudes familiares
Es mejor no comenzar una conversación –recomienda Lluís Cassany – si no nos sentimos con capacidad de acabarla con serenidad, pase lo que pase, diga lo que diga. Baja la guardia. No le respondas: "porque sí", ni "porque soy tu padre", ni "mientras estés en esta casa". Razona tu orden, aunque él no lo acepte. Hazle reflexionar sobre el porqué de sus ideas.

No seas paternalista ni autoritario. No gritesy no permitas que él grite.Si gritas,permite que él grite.En las ideas no cabe la imposición. Hay que saber suscitarlas en él sin avasallar. Debemos aprender a dialogar sin pretender rebatir de forma contundente al interlocutor, sin pretender sentar cátedra, porque puede echarse todo a perder por culpa de ese querer concluir triunfadoramente.

Es mejor que no haya vencedor ni vencido, sino que, en un intercambio de impresiones positivo, huyendo desde el principio de planteamientos de debate dialéctico, se llegue de la mano a conclusiones útiles. Se trata de charlar y enriquecerse mutuamente con ideas y modos de ver distintos a los nuestros. —Oye, que en mi familia no son todo peleas...Ya me imagino, pero a veces son unas pocas peleas las que deterioran el ambiente familiar, y hay que saber evitarlas. Y esos temas más conflictivos, que separan, habrá que tratarlos alguna vez, pero con prudencia y sin abusar, que ya suelen salir bastante sin necesidad de buscarlos. Si no se ha comenzado antes, es la hora de dedicar tiempo a cada hijo en particular.

Recuerdo una madre muy sensata que se había impuesto a sí misma como norma no dejar pasar ni un día sin haber tenido al menos un momento de conversación personal confiada con cada uno de sus hijos.

Naturalidad. Sencillez. Ausencia de afectación. Espontaneidad. Llaneza. La naturalidad llevará a que los hijos estén relajados y distendidos en nuestra presencia. Franqueza y no querer aparentarson claves para la confianzay la cordialidad familiar.Para lograr ese clima, es necesario que los padres:
Encuentren tiempo para estar y hablar con los hijos, que son más importantes que los amigos, que el trabajo, que el descanso.
Les escuchen con atención. Para ello es buena medida, por ejemplo, que se propongan comer y cenar toda la familia juntos y con la televisión apagada.
Se esfuercen por comprenderlos, poniéndose en su lugar.
Sepan reconocer la parte de verdad –o la verdad entera– que pueda haber en alguna de sus rebeldías.
Aprendan a decirles que no, sin herir, ni producir dramas.
Les enseñen a razonar y a tener criterio.
No les impongan sistemáticamente una conducta, sino que les muestren los motivos que la aconsejan.
Respeten su libertad, pues no hay verdadera educación sin responsabilidad personal, ni responsabilidad sin libertad.Y para ello, también es importante que los hijos puedan observar esa misma armonía en sus padres, porque vean que:
Hay un diálogo fluido entre los cónyuges que evita los enfados y resuelve con buena voluntad las naturales diferencias.
No se presenta ese infantil intento de supremacía ante el marido o la mujer, ni se desautorizan el uno al otro.
No usan de palabras fuertes o autoritarias entre ellos.Sin embargo, a veces no quedará más remedio que pasar un mal rato para resolver una situación cuya solución no debe ya aplazarse. Y habrá entonces que agotar la verdad, y entrar a fondo. Será un mal rato para ambos, pero para los dos igualmente necesario. Otra preocupación que han de tener los padres es la de luchar contra la excesiva monotonía familiar. Tener ideas que hagan que los hijos se diviertan en casa, iniciativas que rompan la rutina y faciliten el descanso:

una salida al campo,
una visita cultural,
un extraordinario en la comida,
un juego divertido,
una buena película,
o lo que sea.Que haya en la casa:

gratificaciones recíprocas;
respeto a todos, buenos modales y deseos de agradar;
delicadeza en el trato, sin permitir discusiones tontas, peleas, groserías ni palabras inadecuadas;
detalles de servicio a los demás;

cuidado de la limpieza y la urbanidad;
ideas y recursos para animar y estimular a todos. Es además buena forma de hacer que no busquen fuera lo que deben encontrar en casa.